AGUEDA LA MUJER QUE REGRESO DEL CEMENTERIO(cuento)

                                Autor: Toñito Velasco


Agueda era la unica hija del matrimonio de don Prudéncio Gonzalez y doña Anastasia Aquíno.Muy conocidos en el cantón "calzontes abajo" de la jurisdicción de Santa Ana al occidente de El Salvador. Agueda luego de dar sepultura a sus padres, heredó los extensos terrenos  donde gran parte de ellos servia para el cultivo del cacao. Agueda nunca se casó pero tuvo varios hombres en su vida . Era una mujer fuerte de carácter..Cada mañana salia con sus botas y su sombrero junto a sus trabajadores a sembrar cacao.En el cantón" Calzontes Abajo" Agueda era muy reconocida  .Además de cultivar ese grano que sirve para hacer chocolate,también era prestamista. En su extensa casa de adobe tenia una pequeña oficina donde llevaba el control de los préstamos que daba. Nunca tuvo alguien que le ayudara.Ella decía:si pongo a alguien que me ayude,me robará.Era muy desconfiada de todos.Nunca tuvo hijos. Uno de los últimos maridos que se le conoció fue don Rupérto García,un ganadero de la zona.
Agueda era muy respetada, pues sus cultivos  le dejaban grandes ganancias. Siendo prestamista también obtenía muy buenos dividendos.Su carácter fuerte hacia que nadie le quedara debiendo.Tenia un caballo de raza, traído desde Perú.Se lo fueron a ofrecer y ella no dudó en comprarlo. Entre sus trabajadores habia uno de confianza de nombre Mateo.Era quien le ensillaba aquel caballo al que  ella bautizó como "camión".Mateo también se encargaba de  comprar los insumos para que las cosechas fueran prósperas. Al ser el hombre de confianza de doña Agueda, también  tenia su cuarto en aquella casa. Mateo era un solterón de unos 45 años.Usaba bigote y su piel era morena clara.
Agueda  siempre estuvo asediada por los políticos.  Hasta le propusieron que fuera la candidata a alcaldesa por la alcaldía de Santa Ana. Ante tales propuestas , ella les contestaba con mucho aplomo:"Gracias yo no quiero robarle al pueblo". Era una mujer bajita y rellenita, pero con carácter definido.Cuando le preguntaban sobre el éxito en sus negocios ella respondía :"para mi, el trabajo es sagrado.Cuando no trabajo, me siento una mujer que no sirve para nada".Nunca se le vieron sus uñas pintadas,mucho menos sus labios pintados.Tenia una cocinera de nombre Lencha  de unos 35 años de edad.Era  de piel blanca con unos ojos claros y con buenas piernas. Agueda prefería las comidas con mucho picante.  La Lencha  conocía los gustos de su patrona.El cuarto de la Lencha estaba cerca de la cocina.Los trabajadores hacian bromas y hasta aseguraban que habia un romance clandestino entre la Lencha y Mateo.Ellos siempre lo negaron.Al sentarse a comer con doña Agueda se podría pensar que ella era Mexicana, pues además de comer las comidas con mucho chile, en aquella casa solo se escuchaba  la música ranchera..
A la edad de 48 años.Agueda  comenzó a sentirse mal de su salud. Toda aquella energía se fue opacando. Le cayó una artritis feroz que le imposibilitaba montar a caballo. El dolor era tan intenso que solo  podía ir 1 ó 2 veces por semana a ver sus cultivos de cacao. Su carácter también cambió drásticamente. Mateo y la Lencha comentaban entre ellos  :"Pobre doña Agueda,ahora su vida solo es sufrimiento". A los 50 años Agueda murió repentinamente  en su habitación. Ni la Lencha ni Mateo escucharon algo anormal. Fue tipo 10 de la mañana,luego de no verla pasearse como de costumbre por el corredor, que decidieron entrar a su cuarto y la encontraron en su cama muerta .La noticia de su muerte se conoció rápidamente en el cantón "Calzontes Abajo". Vino gente de la capital y otros departamentos a dar el último adiós a la mujer emprendedora en el cultivo de cacao. No tenia herederos y no le quedó tiempo de hacer un testamento.Ella había manifestado a gente de su confianza ,que cuando ella muriera todo seria repartido proporcionalmente entre sus trabajadores .Los que.Incluidos la Léncha y Mateo, hacían un total de 10 trabajadores.
El funeral fue muy concurrido.Asistió el alcalde de Santa Ana.Tambien llegó el obispo diocesano monseñor Parada, quien recibía una cuota mensual como colaboración de parte de doña Agueda a la iglesia por $500 dólares.. Se enterró en el cementerio de Santa Ana. La gente que fue a despedirla fue mucha.Las clases mas necesitadas que también tuvieron su ayuda, fueron a darle el último adiós .
A los 2 dias de enterrada, sucedió algo increíble. Mateo escuchó un ruido en la habitación de doña Agueda como a las 12.00 de la noche.Mateo agarró su corvo y su lámpara y abrió aquella habitación. Se encontró con doña Agueda sentada en una mecedora y muy sonriente le dijo:Hola Mateo no tengas miedo. Yo soy Agueda he venido del cementerio solo para darte una orden que dejaras saber a todos los trabajadores. Primero, mañana debes ir donde el abogado Martínez que es el que siempre me ayudó en cosas legales con esta carta,donde yo doy la orden que todos mis bienes sean entregados proporcionalmente a todos los trabajadores. Yo al morir llegué donde san Pedro y le pedi de favor que me permitiera regresar a la tierra para morir en paz. San Pedro me dijo:Está bien Agueda ve arreglar eso,pero tu lugar está acá. Mateo al escuchar a quien fuera su patrona por largos años temblaba del miedo. Tomó la carta de manos de la difunta y casi no podía pronunciar las palabras. Los perros ladraban como si vieran a un desconocido. Las gallinas no paraban de cacaraquear ..La difunta Agueda le dijo a Mateo :despierta a la Lencha debo despedirme de ella. Mateo abrió la puerta y le gritó a la Lencha, Llegó al instante la Lencha y al ver a la difunta  dió un grito  que pudo escucharse a gran distancia.La difunta sonrió y les dijo tranquilos:Se que esto no es normal para uds.Yo soy alma del otro mundo. Solo vine a agradecerles todo el apoyo que me dieron. Uds fueron muy buenos empleados. He decidido que entre  uds  dos se repartan el cincuenta por ciento de todos mis bienes. El abogado debe cumplir con mi decisión.Todo va explicado en mi carta. Sigan siempre responsables y si uds quieren unanse como pareja. Asi vivirán mas felices. Luego de aquellas palabras en vez del cuerpo de la difunta lo que apareció fue un gran gato color blanco sobre la mecedora.Aquel animal les observó y desapreció por el techo.
Mateo llevó la carta al abogado Martínez.Las propiedades fueron entregadas a los empleados como fue la orden de la difunta Agueda.
Aquellos trabajadores fueron muy felices con la herencia dejada por la difunta . La Lencha y Mateo se casaron y tuvieron una hija a quien pusieron por nombre Agueda. Yo observé todo y decidi escribir este cuento .Donde podemos sacarse la conclusión siguiente  :"los buenos trabajadores siempre serán premiados.Y hasta los muertos les agradecerán

 su lealtad".
Gracias por leer  nuestro cuento.Agradeceremos su comentario en la parte inferior derecha, de este blog. Reciban un abrazo de su amigo.


Toñito Velasco.